IA aplicada: el sistema que monté para entrenar mejor sin pensar
De los primeros prompts en ChatGPT a un sistema automatizado que entiende cómo me siento, adapta mis sesiones y me manda el entrenamiento del día por WhatsApp.
Ayer compartí en Notes que había bajado 10 minutos mi marca en media maratón en unos cuatro meses.
Los que me conocéis sabéis que soy un poco friki del deporte, y que si hay forma de mezclarlo con código o IA… lo voy a intentar.
Así que aquí va la historia completa, desde el primer prompt hasta el sistema automatizado que tengo hoy.
Al principio, como casi todo el mundo, empecé usando ChatGPT.
Literalmente le decía:
“Estoy corriendo 3-4 veces por semana, quiero hacer una media maratón en 4 meses en menos de 1h40. ¿Puedes hacerme un plan?”
Y te soy sincero: funciona.
Si no tienes entrenador y quieres algo rápido, te lo recomiendo. Prueba esto:
Indica tu estado de forma, cuántos días puedes entrenar y cuál es tu objetivo.
Y pídele que te haga un plan con progresión semanal y variedad de sesiones.
Te dará un punto de partida más que decente.
Pero claro… el problema es el de siempre: falta el principio de especificidad.
Cada semana es distinta:
Te sale un viaje de trabajo.
Duermes poco.
Estás cansado por una mala semana.
O al revés: te sientes más fuerte de lo esperado.
Y ese plan fijo que te dio ChatGPT deja de tener sentido.
Así que hice lo que haría cualquier friki con tiempo y curiosidad:
Monté un sistema donde iba anotando cómo me sentía, cuánto había dormido y qué había entrenado.
Era un chat donde iba actualizando mi estado y mi sensación cada día. Y con eso adaptaba el plan.
¿Funcionaba? Sí.
¿Era sostenible? No tanto. Me requería esfuerzo y constancia. Y ya tengo suficiente con entrenar.
Así que el siguiente paso era evidente:
Estructurar todo para que me generase el mínimo trabajo posible.
Ahora lo único que tengo que hacer es:
📲 Revisar el WhatsApp cada mañana, donde me llega mi próxima sesión ya ajustada.
😴 Responder con mis horas de sueño y nivel de fatiga (1–5).
💬 Decirle cómo me fue el entreno (si quiero), con un mensaje libre como “Me costó mantener ritmo” o “Hoy fui volando”.
El sistema usa IA para interpretar esos mensajes, adapta el plan si hace falta, y listo.
Yo no tengo que abrir Excel, ni pensar en si descanso o no. Solo tengo que entrenar.
Vale, ahora vamos con lo jugoso: cómo lo monté.
Quería un sistema que cumpliera 3 reglas:
Cero fricción: si me daba pereza usarlo, no funcionaría.
Personalización real: que se adaptase a mí, no yo a él.
Feedback libre y procesable: que entendiese lo que digo como si fuera un entrenador.
Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días
Suscríbete a The Learning Curve para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.